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Bajo este título asoma la pregunta sobre si es posible estandarizar los servicios y formatos en que servimos la información, o si es necesario proyectar a la carta los diseños de servicios en función de los contextos sociales en que se van a desarrollar. En el fondo nos hemos preguntado si debemos hablar de un único modelo de Servicio de Información Juvenil, o si por el contrario existen muchos, con distintos objetivos y maneras de gestionar.

La cuestión es si la información de los jóvenes es un servicio público en sí mismo (objetivo general de nuestro trabajo) o una herramienta de transformación social (objetivo específico) que intervienen en objetivos más generales.

A lo largo de estos capítulos se puede bucear en distintos modelos propuestos por técnicos experimentados en cada uno de los diseño por los que optamos cuando se programó el seminario. Es posible que hayan quedado algunos en el tintero, es imposible recoger la universalidad de públicos destinatarios. Lo importante es no perder la dirección planteada: hay muchas formas de concretar lo que llamamos Servicios de Información Juvenil; lo esencial es llegar a satisfacer las necesidades y expectativas de la población a la que nos dirigimos.